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Chicago & Paris Expo

  • Foto del escritor: Edwin Ocasio
    Edwin Ocasio
  • 10 oct 2020
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 14 dic 2020

La exposición de Paris y Chicago introdujeron el comienzo de una nueva era, en donde se propulsaron inventos tecnológicos y científicos. Los cuales, generaron un estándar que, en la actualidad permanecen. Es decir, marcaron un progreso humano que, abrió paso a la industrialización y la innovación. Ambos desatan aspectos importantes de la modernidad, mediante la competencia, como medio de estímulo. Esto llevó a que gran parte de la arquitectura de este evento influenciara el desarrollo arquitectónico y urbano de Chicago. Resultando también en el reconocimiento mundial de Chicago como la “segunda ciudad” predilecta de los Estados Unidos luego de Nueva York.


Este plan que pretendía extenderse más de unos 686 acres alrededor de un área frente al lago Michigan, los arquitectos propusieron un complejo que daría a Chicago de que hablar. El arquitecto Daniel Burnham era el planificador principal del proyecto; trabajando de la mano el diseño con Charles Atwood y los paisajes con Olmsted, quien diseño el Central Park de Nueva York. Los nuevos pabellones y edificios en la ciudad de Chicago expresaban la grandeza del estilo clásico de Beaux-Arts de manera que las estructuras logran evocar cierta firmeza en una ciudad tan joven. De igual forma las terminaciones blancas en estos grandes edificios dotaron a esta ciudad su distintivo de “La Ciudad Blanca”. Ciudad donde se vería por primera vez la luz eléctrica en espacios públicos. Creando así un entusiasmo mayor con la exposición, pues los estadounidenses no tenían mucha relación con la electricidad para ese entonces.


En el caso de La exposición de Chicago, cual a diferencia de las previas fue fuertemente promocionada por los medios. Por lo que provocó una audiencia enorme de sobre 25 millones de personas. Al igual que otras exposiciones, funcionaba como un foro en donde se reunían pensadores e intelectuales que por medio de propuestas pretendían progreso. Burnham por medio de su “ciudad blanca” presentaron un idea o prototipo de lo que debe ser una ciudad. Esta configuración de un aval de construcciones neoclásicas proyectó ideales modernos en un contexto urbano. El diseño de esta exposición no solo presento grandes innovaciones en su tiempo, sino que impacto de una manera directa la arquitectura de Chicago. Los grandes edificios neoclásicos se convertirían en precedentes para los nuevos edificios bancarios y públicos de la nación. De igual forma, el expo resultó en el rápido desarrollo urbano de la zona sur, creando nuevos corredores a lo largo del lago. Finalmente, en el Plan de Chicago del 1909, se sintetizan las ideas aprendidas durante la feria para el crecimiento urbano de Chicago y un plano que influenciaría la planificación de ciudad alrededor del mundo.


Tanto las Ferias Mundiales de París como las de Chicago han jugado un papel esencial en la tecnología y el diseño actuales, habiendo inspirado exposiciones posteriores que dieron como resultado algunos de los edificios más influyentes del mundo, como el Pabellón de Barcelona de Mies Van der Rohe y el Space Needle de John Graham Jr. Pasadas o presentes, estas Expos comparten un objetivo común: mejorar la sociedad en tiempos de cambio. La era digital actual enfrenta un conjunto de desafíos completamente diferente a los que enfrentó la era industrial, pero solo siguiendo la necesidad humana de aprender y progresar, así como imaginando y recreando futuros más brillantes, alcanzaremos un mundo mejor.

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